The Rainbow Treehouse

La Casa del Arcoíris 🌈

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En lo más alto de una colina cubierta de flores y árboles gigantes, había una casa del árbol como ninguna otra. Era una casa mágica que brillaba con todos los colores del arcoíris. Su diseño era tan caprichoso que parecía hecha de sueños: una escalera en espiral de colores subía hasta la puerta principal, que estaba hecha de cristal brillante. Dentro, había rincones acogedores escondidos entre las ramas, perfectos para explorar o simplemente sentarse a soñar.

Esta no era una casa común. En ella vivían criaturas asombrosas que le daban vida a cada rincón. Había un gatito nube llamado Pom, que flotaba suavemente alrededor de la casa, dejando pequeñas estelas de brillo dondequiera que pasaba. También estaba Lila, una ardilla arcoíris que siempre andaba saltando entre las ramas, recolectando bellotas de colores para sus tesoros secretos. Y, por supuesto, estaba el sabio espíritu del árbol, un anciano bondadoso que conocía todos los secretos del bosque y siempre estaba listo para compartir historias fascinantes.

Cuando entrabas en la casa del árbol, nunca sabías qué aventuras te esperaban. Podías deslizarte por un tobogán arcoíris que te llevaba directamente a un mundo submarino resplandeciente lleno de peces luminosos, o columpiarte tan alto que podías tocar las nubes y volar entre las estrellas. A veces, la casa se transformaba en un bosque mágico donde las flores cantaban y los árboles contaban chistes, o en un cielo estrellado donde podías escribir palabras con luces brillantes.

Pero la magia de la casa del árbol no solo estaba en sus colores vibrantes o en sus maravillosos cambios. Había un secreto especial escondido en ella, un mensaje que todos los que visitaban descubrían tarde o temprano. Este mensaje decía: «La bondad, la amistad y la imaginación pueden hacer cualquier cosa posible.» Las criaturas de la casa vivían este mensaje cada día. Pom ayudaba a encontrar objetos perdidos, Lila compartía sus bellotas mágicas con quien las necesitara, y el espíritu del árbol enseñaba que la verdadera magia está en creer en uno mismo y en los demás.

Cada vez que alguien exploraba la casa del árbol, encontraba algo nuevo que lo inspiraba. Tal vez veían cómo el gatito nube Pom flotaba cerca de ellos mientras jugaban, o escuchaban una historia del espíritu del árbol sobre cómo las estrellas solían ser luciérnagas gigantes. Todo esto los animaba a imaginar sus propias aventuras dentro de la casa.

Al final de cada visita, los amigos de la casa del árbol siempre se iban con una gran sonrisa y una idea clara: que el mundo está lleno de magia si abres tu corazón y dejas volar tu imaginación. La casa del árbol arcoíris no solo era un lugar para jugar, sino también un recordatorio de que podemos crear nuestras propias maravillas en cualquier lugar.

Así que, si alguna vez ves una casa del árbol arcoíris, no dudes en entrar. ¡Quién sabe qué aventuras y secretos te estarán esperando! Y si no encuentras una, siempre puedes crear la tuya propia, ya sea dibujándola, construyéndola con bloques o incluso soñándola. Lo importante es creer en la magia y disfrutar de cada momento.

Fin. 🌈

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