Eli la Lombriz Curiosa

Eli, la Lombriz Curiosa 🐛🐞

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En un jardín lleno de flores coloridas y plantas verdes, vivía una lombriz llamada Eli. Era pequeña, rosada y siempre estaba moviéndose bajo la tierra. A diferencia de las otras lombrices, que estaban contentas cavando túneles sin hacer muchas preguntas, Eli era muy curiosa.

—¿Qué hay más allá de este jardín? —se preguntaba mientras escuchaba los sonidos que venían de afuera: el canto de los pájaros, el zumbido de las abejas y el murmullo del viento entre las hojas.

Un día, mientras exploraba cerca de la superficie, Eli sintió algo extraño: una luz cálida tocó su piel por primera vez. Había llegado al borde del jardín, donde la tierra se mezclaba con el césped alto.

—¡Guau! —exclamó emocionada—. ¡El mundo es mucho más grande de lo que pensaba!

Pero antes de que pudiera avanzar más, una voz suave la detuvo:
—¡Espera, Eli! ¿Adónde vas?

Era Jack, un escarabajo brillante que vivía en el mismo jardín.

—Quiero explorar más allá del jardín —respondió Eli—. ¿Quieres venir conmigo?

Jack dudó un momento, pero luego asintió.
—Está bien, pero ten cuidado. El mundo afuera puede ser peligroso.

Juntos salieron del jardín, deslizándose por el césped y llegando a un camino de tierra. Por el camino, conocieron a una hormiga trabajadora que cargaba una hoja más grande que ella.

—¿Por qué llevas eso? —preguntó Eli.

—Es comida para mi colonia —respondió la hormiga—. Nos preparamos para la temporada de lluvias. ¿Y ustedes qué hacen?

—Exploramos —dijo Jack orgulloso.

La hormiga los miró sorprendida.
—Tengan cuidado con las botas. ¡Pueden aplastarlos si no están atentos!

Eli y Jack continuaron su aventura, pero ahora caminaban más despacio y prestaban atención a cada ruido. Pronto llegaron a un pequeño charco de agua cristalina. Allí conocieron a una rana saltarina llamada Tina.

—Hola, viajeros —dijo Tina con una gran sonrisa—. ¿Qué los trae por aquí?

—Somos exploradores —respondió Eli—. Nunca habíamos salido de nuestro jardín.

Tina les contó historias sobre los lugares que había visitado gracias a sus grandes saltos. También les advirtió sobre un gato travieso que rondaba cerca.

—Gracias por avisarnos —dijo Jack nervioso—. Será mejor que sigamos nuestro camino.

Después de despedirse de Tina, Eli y Jack decidieron regresar al jardín. Habían aprendido mucho sobre el mundo exterior, pero también entendieron que su hogar bajo la tierra era seguro y especial.

Cuando llegaron, todos los otros insectos y lombrices los esperaban preocupados.
—¡Pensamos que algo malo les había pasado! —dijeron.

Eli sonrió y respondió:
—No nos pasó nada malo, pero descubrimos cosas increíbles. El mundo es enorme y lleno de animales interesantes. Aunque, después de todo, nuestro jardín es el mejor lugar para estar.

Desde entonces, Eli siguió siendo curiosa, pero también aprendió a valorar su hogar. Compartió sus aventuras con los demás y enseñó a todos cómo apreciar las pequeñas maravillas del jardín.

Fin. 🐛🐞

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